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De la UNAB para Colombia

Sep 2, 2013 | Institucional

El rector de la UNAB, Alberto Montoya Puyana, pronunció estas palabras durante la ceremonia de inauguración de la undécima Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro 2013, cumplida el lunes 26 de agosto en el Auditorio Mayor ‘Carlos Gómez Albarracín’:

“Libro hermoso, / libro, / mínimo bosque, / hoja tras hoja, / huele tu papel a elemento, / eres matutino y nocturno, / cereal, / oceánico, / en tus antiguas páginas cazadores de osos, / fogatas cerca del Mississippi, / canoas en las islas, / más tarde caminos y caminos, / revelaciones, / pueblos insurgentes, / Rimbaud como un herido pez sangriento / palpitando en el lodo, / y la hermosura de la fraternidad, / piedra por piedra sube el castillo humano, / dolores que entretejen la firmeza, / acciones solidarias, / libro oculto de bolsillo en bolsillo, / lámpara clandestina, / estrella roja.

Nosotros los poetas caminantes exploramos / el mundo, / en cada puerta nos recibió la vida, / participamos en la lucha terrestre. / ¿Cuál fue nuestra victoria? / Un libro, / un libro lleno de contactos humanos, / de camisas, / un libro sin soledad, con hombres y herramientas, / un libro es la victoria. / Vive y cae como todos los frutos, / no sólo tiene luz, / no sólo tiene sombra, / se apaga, / se deshoja, / se pierde entre las calles, / se desploma en la tierra. / Libro de poesía de mañana, / otra vez vuelve a tener nieve o musgo / en tus páginas para que las pisadas / o los ojos vayan grabando huellas: / de nuevo descríbenos el mundo, / los manantiales entre la espesura, / las altas arboledas, / los planetas polares, / y el hombre en los caminos, / en los nuevos caminos, / avanzando en la selva, / en el agua, / en el cielo, / en la desnuda soledad marina, / el hombre descubriendo los últimos secretos, / el hombre regresando con un libro, / el cazador de vuelta con un libro, / el campesino arando con un libro”.

Con el faro del poeta chileno Pablo Neruda y su “Oda al libro”, permítanme iniciar estas palabras de apertura de la edición número 11 de la Feria del Libro Ulibro 2013.

Y lo hago emocionado por contar con su compañía, y por saber que esta que empezó como un disparate de unos cuantos soñadores, se ha consolidado como el principal evento de su género en el Oriente Colombiano.

También porque entre nosotros se encuentran dos invitados que cualquier feria del libro en el mundo anhelaría tener. Por un lado, el abogado, escritor, traductor, columnista del diario El Espectador y doctor en Literatura Latinoamericana, Juan Gabriel Vásquez, el padre de: “Los informantes”, “Historia secreta de Costaguana” y “El ruido de las cosas al caer”. Tres novelas que le han permitido consolidarse como una de las nuevas figuras de la literatura colombiana.

Ya nos visitó en 2011, recién había ganado el Premio Alfaguara de Novela por “El ruido de las cosas al caer”; ahora lo hace revestido de más pergaminos: el Premio Roger Caillois, de Francia, y el Premio Gregor von Rezzori, de Italia, y con muchas cosas por decir desde su perspectiva de hombre ilustrado y poseedor de un profundo sentido de la crítica.

Decía Juan Gabriel hace unos días: “Sólo se me ocurre una cosa más triste que la desaparición de las librerías: la desaparición de las librerías de segunda. El riesgo me parece bajo, de todos modos, pues ninguno de los entusiastas de la muerte del libro de papel ha averiguado todavía qué hacer con todos los que ya existen, estos tercos objetos que siguen siendo tan funcionales hoy como lo fueron el día remoto de su publicación. Yo, sin ir más lejos, tengo una maravilla que me regaló hace 14 años el escritor Mario Mendoza: los cuentos de Edgar Allan Poe en la traducción de Charles Baudelaire. El libro es de 1856, y aquí está: no se le ha acabado la pila ni se le ha borrado la memoria. Lo abro y lo leo como lo han hecho todos los lectores por cuyas vidas ha pasado en este siglo y medio. Pues esto tienen los libros usados: una vida. Han pasado por varios lectores, y si uno tiene suerte, de esos lectores quedan rastros en el libro usado: rastros que uno puede cazar y que producen una felicidad más bien banal, fetichista y entrometida que sólo pueden entender los que pierden el tiempo en las librerías de segunda”.

Juan Gabriel, ¡bienvenido a Ulibro!

Esta tarde, debo confesarles, salí conmovido con las palabras de Don Óscar Arias Sánchez, dos veces presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz.

Ya sabíamos de su gesta y de su talante, por todo lo que de él nos han informado medios de comunicación y analistas. Ya habíamos leído la extensa entrevista que tuvo la gentileza de concederle al Periódico 15 de la UNAB en 2006. Pero tenerlo aquí presente nos da la posibilidad ante todo de rendirle un tributo por todo el servicio que le ha prestado al ser humano y, en segunda instancia, por las luces que nos ha brindado para comprender la evolución de este continente y digerir el costo y los beneficios de la paz y el postconflicto, más en una Colombia que se merece un futuro distinto, donde quepamos todos, donde haya oportunidades para los ciudadanos de bien, donde no se silencie a bala al que piensa diferente.

“La Paz consiste, en gran parte, en el hecho de desearla con toda el alma. Estas palabras de Erasmo las viven los habitantes de mi pequeña Costa Rica. El mío es un pueblo sin armas donde nuestros niños nunca vieron un avión de combate, ni un tanque, ni un barco de guerra”, manifestó Don Óscar Arias aquel día de 1987 en Estocolmo (Suecia) cuando con su característica humildad declaró: “Recibo el Premio Nobel como uno de los 400 millones de latinoamericanos que buscan en el retorno a la libertad, en la práctica de la democracia, el camino para superar tanta miseria y tanta injusticia. Soy uno de esa América Latina de rostro marcado por profundas huellas de dolor, que recuerdan el destierro, la tortura, la prisión y la muerte de muchos de sus hombres y de sus mujeres. Soy uno de esa América Latina cuya geografía aún exhibe regímenes totalitarios que avergüenzan a la humanidad entera”.

Señor expresidente, que pronto podamos recibir su visita, junto a la también Nobel guatemalteca Rigoberta Menchú -a quien tuvimos en Ulibro 2012-, como testigos de honor de la firma de una paz que nos ha sido tan esquiva, y a la que debemos llegar pero no a cualquier precio, más si tenemos en cuenta factores como la cercanía de las elecciones para Congreso y Presidencia de la República, que pueden ser capitalizados por la guerrilla de las Farc en el logro de objetivos no deseables para el país. Por ahora, mil y mil gracias por su deferencia de acompañarnos en esta apertura.

Y el otro motivo de satisfacción, es que hoy podemos darnos el lujo de disponer de este renovado Auditorio Mayor ‘Carlos Gómez Albarracín’.

Superados los inconvenientes de logística que padecimos el año pasado, no sólo Ulibro sino la cultura de Bucaramanga, de Santander y de Colombia tienen a su disposición este majestuoso escenario de 850 localidades, dotado con las modernas especificaciones de acústica, iluminación y confot, en el que invertimos más de dos millones de dólares.

Auditorio que, por cierto, esperamos verlo colmado durante estos seis días de Ulibro, porque esta es una gran conquista que tenemos que aprovechar al máximo, motivados por el más variado repertorio de escritores, periodistas y artistas, y todo ello de manera de gratuita porque para la UNAB este evento forma parte de su compromiso social.

Hay para todos los gustos y en todos los horarios, así que no valen las excusas para asistir a conferencias, talleres, encuentros con autores, películas, conciertos y, por supuesto, adquirir uno o más libros, ya que esta feria solo es posible merced al esfuerzo de esos hombres y mujeres que como nómadas van de ciudad en ciudad ofreciendo su alimento para el espíritu

y viendo si de paso podemos dejar atrás ese deshonroso título de ser uno de los países latinoamericanos más ‘alérgicos’ a la lectura.

Así que a superar la meta de los 30 mil visitantes que confiamos tener, y de esta manera los patrocinadores y auspiciadores sigan creyendo en Ulibro.

Aprovecho la ocasión para agradecerle a la Junta Directiva de la UNAB ese respaldo incondicional que año tras año le ha brindado a Ulibro, y al Comité de la Feria, a quienes les pido que se pongan de pie para que les recompensemos su esfuerzo con un fuerte aplauso.

Gocémonos esta semana en torno a los desafíos que nos traza la Era Digital que, dicho sea de paso, no nos da tregua.

Apropiándome de su lenguaje, no me resta más que decirles: Cibernautas, blogueros, twitteros, estudiantes y profesores virtuales, bienvenidos a esta Megasociedad del Conocimiento.

Sin más preámbulos, disfrutemos el concierto que a continuación nos obsequiará la Orquesta Sinfónica UNAB, otro de los puntales tenidos en cuenta por el Ministerio de Educación Nacional para concedernos la Acreditación Institucional de Alta Calidad, que nos catapulta como la primera Universidad privada del Oriente Colombiano, poniéndonos el desafío de convertirnos a la vuelta de cuatro años en una de las 10 mejores universidades del país. ¡Muchas gracias!

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