La salud y el bienestar abarca acciones desde los ejes misionales que contribuyan al avance en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades y se traduzcan en mejoras significativas en la atención médica. Favorece también a la identificación de factores de riesgo, métodos de prevención y estrategias de promoción de la salud física y mental, un aspecto esencial para reducir la incidencia de enfermedades y mejorar la calidad de vida de quienes habitan el territorio. El enfoque territorial que se propone aquí busca comprender los determinantes contextuales (lo social, lo cultural, lo mental, lo biológico) que afectan a la salud, evaluar la efectividad de las estrategias de abordaje y garantizar el desarrollo de políticas efectivas (Plan Decenal de Salud Pública 2012-2021). Dentro de este eje se contempla también la convivencia social y salud mental, como una categoría transversal que garantiza un efectivo goce del derecho a la salud en su sentido más holístico, que se expresa en el transitar de la vida cotidiana de los individuos, quien despliega recursos emocionales, cognitivos y mentales.

La Bioeconomía abarca los nuevos descubrimientos, productos y servicios de las ciencias biológicas con procesos que implementen la optimización de los recursos renovables. Es una interconexión de cadenas de valor con la agricultura, el sector de los alimentos, los residuos, los bioproductos y la energía. La misión de la Bioeconomía, de acuerdo con Minciencias, busca favorecer la sostenibilidad ambiental, social y económica. La acción de la universidad bajo este enfoque debe fomentar y gestionar de manera sostenible los recursos naturales, al tiempo, que se disminuye la presión sobre el medio ambiente; acelerar el avance de las bio-invenciones y satisfacer las demandas de mercado en diferentes sectores bioeconómicos. Por su parte la biotecnología propende por aplicar la ciencia y la tecnología a los organismos vivos o no vivos por medio de plataformas tecnológicas que abarcan sectores como la agricultura, cultivos, alimentos, bebidas, farmacéuticos, químicos, materiales y energía.

La energía como insumo para las sociedades trae consigo nuevos retos como la eficiencia energética y la coexistencia de instalaciones de gran tamaño bien distribuidas.  Ahora bien, construir una matriz energética diversificada con un compromiso ambiental y socialmente sostenible requiere el aporte de la ciencia y la tecnología a través de procesos físicos, químicos y biológicos involucrados en los procesos de generación, conversión y uso de la energía teniendo en cuenta las TIC, la nanotecnología y la biotecnología para ofrecer alternativas que aprovechan los recursos energéticos renovables y no renovables. 

La sociedad atraviesa profundos cambios y fracturas en las que inciden coyunturas como la pobreza, la crisis financiera, la desigualdad y las luchas por el territorio. Estos factores influyen en cómo las personas se desarrollan en su entorno y crean nuevas relaciones sociales situándose en el contexto. Conscientes de ello, las investigaciones apuntan a un paradigma de desarrollo humano que amplía las posibilidades para que las personas y comunidades puedan vivir una vida creativa y productiva según sus necesidades e intereses. La investigación social debe estar comprometida a aprovechar las potencialidades de las comunidades, a consolidar un modelo de desarrollo económico ético y social mientras reconocen que el conocimiento es interseccional y multidireccional.  

Durante los últimos años, el desarrollo territorial y local, supone unos retos que implican al sector privado. Este acontecimiento ha obligado a repensar la contribución de la pluralidad de actores involucrados y, desde una perspectiva investigativa, a preguntarse cómo entender el desarrollo económico y productivo siendo este no solo un actor económico sino un actor social. En este enfoque se contempla la articulación del sector privado con el desarrollo sostenible y donde el territorio se convierte en un recurso compartido y en escenario para la convergencia de mercados dinámicos y formas productivas alternativas. Por eso, temas relacionados a la responsabilidad social empresarial y gobernanza son fundamentales para constituir apuestas investigativas vinculantes.